domingo, 23 de diciembre de 2012

Los fracasos más sonados de cine en 2012


No queremos hacer sangre de las desgracias ajenas, pero se puede sacar un mensaje positivo de este reportaje: la gente se ha cansado de ver más de lo mismo. Al menos en parte.Remakes, adaptaciones, secuelas, reboots y demás maneras de continuar explotando historias ya contadas siguen y seguirán triunfando, pero parece que otros recursos explotados hasta la saciedad como las comedias románticas de Jennifer Aniston o las cintas absurdas de Adam Sandler han dejado de vender. ¿Habrá sido la crisis la que le ha devuelto el juicio al respetable?
Battleship
Parece que de vez en cuando existe la justicia poética y el público no siempre acepta el ‘todo vale’. Y es que el hecho de que tuviesen éxito las versiones cinematográficas de otros juguetes de Hasbro como Transformers o G.I.Joe no quiere decir que lo fuese a tener la de Hundir la flota. Si partía de una base pobre, el panfleto de la Armada estadounidense en el que se convirtió era aún peor. Costó 220 millones de dólares sin contar los gastos en publicidad, y apenas recaudó 65 en Estados Unidos. Y si allí no triunfó su discurso patriótico, imagínense en el resto del planeta.
Desmadre de padre
El público también ha dicho ‘basta’ a las gracias facilonas de Adam Sandler. Y es que sus cintas nunca fueron buenas, pero hasta ahora respondían en taquilla. Esta vez solo se ha llevado a la saca 57 millones de dólares de los 70 que costó hacerla.
Dredd
La nueva adaptación de este cómic futurista recuperó poco más de la mitad de su coste de producción: 28 millones de dólares en taquilla frente a los 50 de su presupuesto. La gente sigue prefiriendo la versión de Sylvester Stallone, después de todo.
Holmes & Watson: Madrid days
Uno de esos casos de películas que estaban abocadas al fracaso antes de su estreno. Y es que ser trending topic en Twitter por lo malo que es el tráiler no es una gran campaña de marketing. La estrafalaria versión que Jose Luis Garci se marcó de las aventuras de Sherlock Holmes -con aparición de Alberto Ruiz-Gallardón incluida- será recordada, pero no en la manera que hubiese deseado su director.
John Carter
El mayor batacazo del año: solo recuperó 30 millones de euros de los 190 que costó. Echen la cuenta. Una de las apuestas fuertes de Disney para 2012 que llegó anunciada a bombo y platillo como posible primera entrega de una nueva saga. Obviamente, las secuelas de esta adaptación de las novelas de Edgar Rice Burroughs (creador de Tarzán) nunca llegarán. Su protagonista, Taylor Kitsch, saldría de este fiasco para meterse en otro ya comentado más arriba: Battleship. Desde luego, no ha sido su año.
Manolete
Seis años protagonizando uno de los culebrones más gordos en lo que a distribución se refiere para luego, ¿qué? Estrenar la película con apenas 50 copias de la cinta. Habría sido mejor que se hubiese mantenido inédita mientras seguía cosechando esa fama de filme maldito. Con su estreno, se acabó el morbo y pasó totalmente desapercibida.
Rock of ages
Tom Cruise no es siempre sinónimo de éxito. Su versión heavy, luciendo músculos y melena mientras reinterpretaba clásicos del rock ochentero, no ha convencido en absoluto. Y eso que no lo hacía mal, pero todo indica que esta adaptación del musical homónimo se tenía que haber quedado en las tablas de Broadway: solo consiguió recuperar 56 de los 75 millones de dólares de su presupuesto.
Sácame del paraíso
El público también se ha cansado de las comedias románticas de Jennifer Aniston. Eso, o que nadie se creía a la pija de Friends yéndose de vacaciones a una comuna hippie, como narraba el argumento de esta película. Logró salvar 21 millones de dólares de los 30 que costó.
Sombras tenebrosas
Vale, hizo taquilla (recaudó 220 millones de dólares frente a un presupuesto de 150), pero a ver quién se la compra en DVD. La que suponía la octava colaboración entre Tim Burton y Johnny Depp se vendió sola gracias a sus fructuosos proyectos anteriores, pero una vez sentado en la butaca la decepción del espectador crecía por momentos. Y es que esta adaptación del clásico serial televisivo empezaba a flojear de manera estrepitosa a su media hora de metraje para precipitarse a un final que parecía no llegar nunca.
Una aventura extraordinaria
Si Aniston no coló como hippie, menos aún pasó Drew Barrymore por activista ecologista, por mucho que la cinta estuviese basada en hechos reales. De los 40 millones de euros que costó realizarla, volvieron 25 a la productora.



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