El servicio de almacenamiento de fotos Instagram desmintió este martes un nuevo cambio en su política de privacidad, según el cual, se decía que podría vender las fotos de los usuarios sin previo aviso.En un comunicado en su blog, la red social aseguró que la alarma generada en redes sociales y medios especializados se debe a un malentendido y pide disculpas “porque el lenguaje jurídico es difícil de entender”.
La comunidad cibernética que hace un par de años ovacionó la aparición y desarrollo de Instagram, se puso furiosa este martes por un cambio en los términos de uso que supuestamente permitía la venta de miles de millones de fotografías sin crédito para los autores.
Tanto Twitter como medios de renombre (entre ellos, la CNN), se hicieron eco de este cambio, supuestamente decidido por Facebook, que en septiembre pasado adquirió por 1.000 millones de dólares (758 millones de euros) Instagram y sus casi 5.000 millones de fotografías archivadas por millones de personas en todo el mundo.
El acuerdo, se decía, permitirá que los anunciantes usen las fotos y otros datos de los usuarios para la publicidad que se añadirá a la plataforma.
Pero ahora la compaía asegura: “No tenemos la intención de vender tus fotos. Estamos trabajando en un nuevo lenguaje en nuestra política de privacidad para que esto quede claro”.
Eco en los medios
La revista Wired, especializada en la tecnología cibernética, publicó de inmediato una “guía para el usuario” con los pasos para abandonar Instagram llevándose las fotos. A su vez, la revista The Atlantic publicó un artículo en el cual explica por qué es más beneficioso el pago de una “aplicación” en lugar del uso de servicios gratuitos como Instagram.
El experto en redes sociales Chris Taylor, en un artículo que publica la revista cibernética Mashable, afirmó que bajo estas nuevas normas “Instagram, básicamente, pone tu vida a la venta”.
“Las nuevas normas, que entran en vigencia el 16 de enero, son mala noticia para los 100 millones de usuarios que tienen poco o nada que ver con Facebook”, agregó Taylor.
La norma que ha causado furor parecía clara. “Usted (el usuario) está de acuerdo con que una empresa de negocios u otra entidad nos pague por el despliegue de su nombre de usuario, imagen, fotos (junto con cualquier metadata relacionado), … sin compensación para usted”.
Esto significa, en la descripción de Taylor, que un usuario podría encontrarse, de pronto, con un aviso publicitario en el cual las imágenes son del usuario mismo, su pareja, o su hija cuando perdió un diente el mes pasado.
Eileen Brown, que escribe sobre redes sociales en ZDNet, no encontró mucho para escandalizarse porque Instagram, que ha provisto un servicio gratuito de intercambio de fotografías para millones de personas, ahora busque lucrarse con las imágenes que se le entregaron gratuitamente.
“Pero si usted odia la idea de que una compañía gane dinero a partir del servicio gratuito que le ha ofrecido para manejar sus fotos, vídeos y otros datos, hay algunas medidas que puede adoptar”, aconsejó Brown.
“Use un servicio como Softonic o Instaport para transferir sus fotos a su ordenador”, continuó. “O borre su cuenta de Instagram antes del 16 de enero. Y, mientras está en ello, también le conviene liquidar asimismo sus cuentas de LinkedIn y Facebook, ya que ambos tienen párrafos similares en sus términos y condiciones”.
Emma Woollacott, de TG Daily, calificó las nuevas normas de uso de Instagram como “una demostración asombrosa de cara dura: ahora la empresa tiene el derecho a usar el nombre y las fotos de sus usuarios para cualquier cosa que se le ocurra, incluida la venta a terceras partes para la publicación de avisos”
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