En busca del cariño y de la atención que le son negados en el hogar, cada vez más jóvenes y adolescentes se integran a las denominadas “pandillas”, organizaciones criminales que seducen a sus potenciales miembros a través de falsas promesas de protección y afecto, que al final resultan un engaño.
Así lo explicó el coronel Ramón Hernández Peralta, titular de la Dirección Central de Manejo de Grupos en Conflictos con la Ley, también llamada Unidad Antipandillas, dependencia de la Policía Nacional que opera desde el año 2005.
Hernández Peralta explicó que las pandillas son organizaciones que realizan sus actividades a través de métodos ilícitos, motivando a sus integrantes a ejecutar acciones contrarias a la ley, tales como tráfico y consumo de drogas, sicariato, robos, asaltos y secuestros.
Los miembros de estos grupos están unidos a fuertes vínculos (religión, doctrina, normas, jerarquías) llegando a castigar con golpizas, mutilaciones y hasta con la muerte a quienes no cumplan con las reglas establecidas.
La Unidad Antipandillas se encarga de la detección de miembros de pandillas, naciones o bandas, a quienes, con el consentimiento y participación de sus padres se les ofrece terapia sicológica con el fin de ayudarlos a abandonar las relaciones con grupos delincuenciales y en caso de que hayan incurrido en crímenes se envían a la justicia.
El coronel Hernández Peralta expuso que las 14 pandillas identificadas en el país están integradas por jóvenes de todos los estratos sociales, cada una con diferentes objetivos. Pueden tener hasta 300 miembros, los cuales se diseminan en todos los municipios de la Capital, en pequeños grupos denominados “capítulos”.
Los nombres. Entre las pandillas que operan en el país están Los Trinitarios, los Rastafary, los Metálicos 666, los Emos, los Latin Kings, Blood y Sangre Latina, Crips y Amor y Paz y Forty Two o 42.
Identidad. Para identificar a sus miembros, utilizan tatuajes, colores, collares, saludos, rosarios, vestimentas y señas que solo entre ellos conocen.
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